Según el místico HornofbullDios juega a los dados como los hombres.Los nuestros tienen seis caras,los de Dios tienen infinitas carassus tiradas sonimpredecibles.Pero nuestro dado, cansado de ser jugadopor ludópatas voluntades corpóreasdecidió pasar a la acción,ahora jugaría él, pero a lo grande:jugaría a los dioses.Así tenemos a Dios jugando a los dados,y al dado jugando a los dioses.
Mi mente divergente
9 de agosto de 2011
Espacio promocional
15 de mayo de 2011
No nada
Si existieran los no-días, ¿cómo serían?
Los no-días amanecen con una concepción tiempo-espacio desconocida. Despertarse y no saber cómo llegaste hasta ahí. Recordar lo vivido hasta ese instante en el mundo de los sueños. Y de repente, te das con un canto en los dientes cuando recuerdas el motivo por el que debías levantarte y el largo no-día que te espera.
En los no-días el cielo se está abriendo, la luz es oscura y huele a silencio. Los ruidos no son ruidos, son el mínimo indicio de existencia humana. En mi no-día sólo oigo coches, la acelerada respiración de mi perro y mi voz dentro de mi cabeza.
Ya ni siquiera miro al presente y mucho menos al futuro. Miro al pasado. Es lo más importante de los no-días. Desear otra época.
Tampoco existen figuras humanas importantes. Nadie es nada. Y las palabras se convierten en un vaso de agua.
1 de mayo de 2011
14 de marzo de 2011
Sueños y ficción
Puede que esté cambiando tanto el mundo que, inexplicablemente, llegue a afectarme. Porque ya no sueño con cosas que carecen de total sentido.
Sueño con una ciudad que se llama Facebook, a la cual sólo se accede por una calle llamada Mark Zuckerberg (y además es un tronco de árbol).
Sueño con brainstromings (La lluvia de ideas (en inglés brainstorming), también denominada tormenta de ideas, es una herramienta de trabajo grupal que facilita el surgimiento de nuevas ideas sobre un tema o problema determinado)
Incluso sueño con zombies, vampiros y a veces, con canciones de Lady Gaga. Y eso no me enorgullece nada.
Puede que sea el mundo cambiante el que necesita ser afectado por mi y por mis sueños.
KATSUSHIKA HOKUSAI
19 de septiembre de 2010
(De deseo).
1. tr. Aspirar con vehemencia al conocimiento, posesión o disfrute de algo.
2. tr. Anhelar que acontezca o deje de acontecer algún suceso.
-¿Qué pasa?
-La vida. Mientras planeas.
26 de julio de 2010
Sueños que superan la ficción #4
Estoy en la habitación de un hotel y quiero un poco de intimidad. Pero estoy con tres especímenes, que en sociedad llamamos garrulas. Estas personas son un jodido coñazo. Y no me dan una habitación mejor, más vacía. En el hall del hotel hay alguna competición o concurso de danza. Mis tres garrulas se van a hacer-cosas-de-garrulas y yo le robo su tarjeta de crédito a una de ellas. Ideo un plan perfecto para usarla y que no vuelvan a encontrarme jamás. Y, por algún motivo, dentro de mi sueño, mi cabeza pensó: tendré que borrarme la cuenta de tuenti.
(Otra etapa REM)
Voy en autobús, no se muy bien donde estoy, sé que estoy lejos. He pasado la parada de mi amiga May (vive en Murcia) pero me bajo un par de paradas antes de llegar a Moncloa (en Madrid). Entre estas dos han pasado 2 min. Me bajo porque en el párking del Supermercado que se ve al fondo tengo aparcada la moto (sí, ahora tengo moto). Y es una moto enorme. Pero tengo que comprarme algo de comer antes porque en casa no tengo nada (sí, vivo sóla). Compro kellogs, yogures y pavo. Y tienen esas croquetas tan ricas de Ikea, pero están congeladas y en la moto no puedo llevarlas. Dentro del Supermercado hay mucha gente, pero fuera está casi desolado, no hay edificios, ni vegetación. Sólo el súper, el parking lleno de motos, la parada de bus y yo. Saco el Iphone (sí, tengo un Iphone) y le escribo a alguien: estoy en Mercadona. Abro el asiento de la moto y, como si de algo normal se tratara, encuentro cuatro bebés dentro, tumbados. Alguien me dice que no debería ir en moto con los niños allí.
'Ya, claro...nose, se los dejaré aquí a alguien'.
Quiero dinero, vivir sola, una moto, un iphone y las croquetas de Ikea.
¿Es eso? ¿eh?
inconsciente.
1. adj. Que no se da cuenta del alcance de sus actos. U. t. c. s.
2. adj. Que está privado de sentido.
3. m. Psicol. Sistema de impulsos reprimidos, pero activos, que no llegan a la conciencia.