2 de mayo de 2009

Divergencia el primer día

Tenía pensado escribir un texto interesantísimo que me hiciese parecer una bohemia intelectual pero para empezar, mis únicos seguidores son mi padre y...mi padre otra vez (no te ofendas papá pero es la primera red social que tengo donde tú eres mi único contacto). En segundo lugar, me encuentro en un extraño estado peleándome entre realidad y sueños porque en algún momento que no recuerdo caí en la cama y me dormí, pasaron unas cuantas horas, se hizo de noche y otra vez de día. Cuando me desperté me encontraba casi al revés (a saber que cojones estaba soñando) y mi postura era la de haber caído de un sexto piso, desparramada, pero sin sangre, vísceras y cráneo reventado.
Ahora tendré que esperar unas dos, tres horas o 20 minutos para irme a dormir otra vez. Y poco a poco conseguiré convertirme en aquello que siempre desee ser, 'un despojo humano que lo único que hace es dormir, comer y dormir más'. Sí, ¿qué pasa? 'los despojos humanos que lo único que hacen es dormir, comer y dormir más' abundan en el mundo, y aportan una turbia a la par que interesante baraja de posibilidades a la sociedad. No hay más que encender la tele o salir a la calle para verlos.


Sueños que superan la ficción #1.
En algún momento del día, me hallaba yo con mi abuela (hace unos 5 años que no la veo). Ella empujaba un carricoche (como se dice en mi tierra), nos dirigíamos a un centro comercial, mi cabeza daba por sentado que se encontraba en Murcia y que Murcia está dentro de Madrid (sí, es completamente posible, no sé a qué viene ese levantamiento de ceja). El caso es que llegábamos a lo que se parecía al cañas y tapas (se ve que hasta en los sueños existe la publicidad...hmmm, nota interior: crear publicidad visible en sueños). Allí yo pedía una ración de bravas aunque tenía la suficiente hambre como para pedirme 20 raciones y esto lo aseguro. Hasta aquí todo es medianamente normal, entonces (como si fuera algo normalísimo) el camarero me traía un bebé llorando en un plato. Ñam Ñam bebé para comer (....?????). Aquí no acaba todo, hice lo que cualquier persona habría hecho en esas mismas circunstancias, cogí el tenedor y el cuchillo y corté una gordita piernecita de bebé y me la zampé como si fuera un muslito de pollo mientras dicho bebé lloraba y gritaba como si fuera un bebé a punto de ser devorado (qué locura). Y allí acabó todo.

Debe ser eso del subconsciente...
Gracias Freud ahora si que no entiendo nada
Zampo bebés en sueños, ¿y qué?



Me gustan las patatas bravas.

2 comentarios:

  1. A mí también me gustan las bravas: las patatas y Cecilia Bartoli. Ah y Patti Bravo ¿que será de ella?

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  2. Lo acabo de leer, yo tb he hablado de Freud. Me asustan y me atraen estas coincidencias mentales que llenan nuestro día a día. Oh, Irene, seremos parte de una grande y única conciencia universal?
    Oh, no dormiré en toda la noche pensándolo (no influye que me haya dormido toda la tarde).

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